En todas y cada una de las viñetas diarias posteriores al terremoto de Haití publicadas en el diario EL PAÍS, el gran Forges advertía por temor a que la tragedia y la solidaridad cayese pronto en el olvido en un pequeño letrero situado en una esquina de las mismas: "Pero no nos olvidemos de Haití".
Siguiendo la idea del genial humorista, en cada artículo periodístico publicado respecto al escándalo de los ERES, de la familia Pujol, y de tantos otros casos recientes de corrupción, con los que nos indigestamos durante el desayuno cada mañana, debiera rezar en letras mayúsculas bien legibles: PERO NO NOS OLVIDEMOS DEL GÜRTEL.
No nos olvidemos de nada.
ResponderEliminarO al menos de casi nada.
ResponderEliminarSi solo fuera ese, pero hay tantos casos pendientes que si nos dieran detalles a diario acabaríamos con úlcera de duodeno.
ResponderEliminarEn agosto ya se sabe lo que pasa en los juzgados...
ResponderEliminarDa la sensación que van dejando el expediente al trán-trán...
ResponderEliminarTerribles son las sensaciones que nos provocan estos casos y de todos los tamaños y colores. Menudo muestrario de corrupciones han montado, de exposición.
ResponderEliminarPodían montar una nueva EXPO...o un parque temático dedicado al choriceo.
ResponderEliminarAdemás de verdad, es deprimente.
ResponderEliminar