domingo, 2 de febrero de 2014

EL BANJO DE PETE SEEGER



EL BANJO DE PETE SEEGER

El sol, banjo del cielo, suena triste
entre los dedos pálidos del día,
está de luto todo lo que existe:
la noche, el mar, la luna, la poesía.

Están tristes las nubes, los gorriones,
las calles, los caminos y las cosas,
y en el jardín de las constelaciones
se marchitan los sueños y las rosas.

Se aburre de estar triste la tristeza,
el viento ensimismado está aburrido,
y en la mirada azul de la belleza
se miran los espejos del olvido.

Ha muerto Pete Seeger, el poeta
que nunca renunció a sus ideales,
el que hizo del amor su única meta,
el juglar de los versos fraternales.

Templada en la fragua de Vulcano,
su voz es fuego, poderosa llama
que ilumina el corazón humano,
amor que arde en todo lo que ama.

Su voz era la voz del compromiso
con las causas perdidas, con la gente
que perdió para siempre el Paraíso,
lejos del rico o del terrateniente.

Llora el mundo su ausencia irreemplazable,
llora el mar en las playas del hastío,
y se oye la música inefable
de un banjo que llora como un río .

Es el banjo que toca un soñador,
como un ruiseñor bajo la luna,
el banjo de la luz y del amor
con el que Pete Seeger nos acuna.

(Santander, 2 de febrero de 2014)
 Antonio Casares 

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