Uno que, para que no haya malentendidos, es actualmente fumador y bebedor en excedencia, está feliz con la nueva ley antitabaco tan sabiamente promulgada por el Parlamento. Está feliz porque, además de demócrata convencido, aunque no contribuyente en urna alguna, tiene una marcada querencia a la sumisión y por lo tanto le agrada que invadan los derechos legítimos de los dueños de los establecimientos a hacer de su capa un sayo en su propio negocio. Está feliz porque opina que los bares han de ser asépticas saunas de oxigenación y aquellos súbditos mayores de edad que quieran atentar contra su salud fumando, han de ser castigados a helarse de frío y contaminarse con el monóxido de carbono de los automóviles en la puta calle. Está feliz porque odia el olor dulzón del Cannabis en los bares con buena música y también y sobre todo el aroma a Farias en las entrañables partidas de mus, así como las volutas del humo de los habanos en bodas, bautizos, funerales y festejos varios.
Pero piensa que nuestros sabios políticos se han quedado cortos, pues debieran de haber prohibido, aprovechando la ocasión, el café y las bebidas alcohólicas permitiendo exclusivamente el consumo de Coca Cola. Además debieran vetar de forma severa, el acceso del género masculino a los bares de copas y discotecas, como medida preventiva al posible acoso sexual incitado por los botellones celebrados en el exterior de dichos recintos. Debido a esta falta de decisión y coraje por parte de nuestros legisladores a la hora de cortar por lo sano, propongo el asalto y la toma virtual de las sedes del Parlamento y Senado -y si nos da tiempo de la Zarzuela- al más genuino estilo jacobino, para, a riesgo de sufrir la venganza de los dioses del Hemiciclo, ciscarnos en los muertos de tan excelsas Señorías y como escarnio público, correrlos a gorrazos por la Carrera de San Jerónimo hasta que aprendan la letra de la Varsoviana en arameo.
Pero piensa que nuestros sabios políticos se han quedado cortos, pues debieran de haber prohibido, aprovechando la ocasión, el café y las bebidas alcohólicas permitiendo exclusivamente el consumo de Coca Cola. Además debieran vetar de forma severa, el acceso del género masculino a los bares de copas y discotecas, como medida preventiva al posible acoso sexual incitado por los botellones celebrados en el exterior de dichos recintos. Debido a esta falta de decisión y coraje por parte de nuestros legisladores a la hora de cortar por lo sano, propongo el asalto y la toma virtual de las sedes del Parlamento y Senado -y si nos da tiempo de la Zarzuela- al más genuino estilo jacobino, para, a riesgo de sufrir la venganza de los dioses del Hemiciclo, ciscarnos en los muertos de tan excelsas Señorías y como escarnio público, correrlos a gorrazos por la Carrera de San Jerónimo hasta que aprendan la letra de la Varsoviana en arameo.
Hostiles torbellinos soplan sobre nosotros,
fuerzas oscuras nos esclavizan con furor.
En mortal combate entramos con el enemigo
y todavía un extraño destino aguarda... etc.
En otro orden de cosas, nos comunica la DGT que los que beben y beben y vuelven a beber son los peces, para el resto son 6 puntos.
PD. Se recuerda que en este blog está permitido fumar
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