Acordáos del día del libro |
Salgo a la calle sin temor a nada,
recorro la ciudad libre y tranquilo,
porque llevo el mejor de los antídotos
contra los impostores, los cretinos,
los fascistas de pro, los reaccionarios,
y los que tienen porque sí, per se,
el espíritu hostil de los verdugos
o una frustrada vocación de esclavos:
un libro de Rimbaud en el bolsillo,
la más alta expresión de la anarquía,
el evangelio de la libertad.
¿Què daño me causarán los imbéciles,
los que tienen anémica el alma
o una serpiente en el corazón?
los que tienen anémica el alma
o una serpiente en el corazón?
Aunque murmuren como viejas putas
que no tienen otra cosa que hacer
que hablar mal a todas horas del prójimo,
ningún cobarde me podrá apuñalar
por la espalda, según su costumbre,
ni calumniar, como tienen por norma,
ningún veneno me podrá destruir.
¿Puede haber mejor amigo que un libro para librarnos de los enemigos?
Antonio Casares (Santander, 21 de abril de 2013)
que no tienen otra cosa que hacer
que hablar mal a todas horas del prójimo,
ningún cobarde me podrá apuñalar
por la espalda, según su costumbre,
ni calumniar, como tienen por norma,
ningún veneno me podrá destruir.
¿Puede haber mejor amigo que un libro para librarnos de los enemigos?
Antonio Casares (Santander, 21 de abril de 2013)
10 comentarios:
¡Ese es Antonio Casares!
En estado puro y sin conservantes.
No quiero romperle la ilusión. Pero ¡bravo! por Casares.
Parte de razón tiene.
¡¡¡Última hora!!!
Esta tarde me he encontrado con Antonio por el centro de la ciudad.¿a ver si advináis lo que llevaba metido en una bolsa de plástico?
Jo, es demasiado fácil...
No me digas más: una botella de Coca-Cola.
Exacto.
Un ladrillo refractario.
Un cóctel Molotov.
Publicar un comentario