Hoy os voy a hablar de la ciudad en la que habito, Santander smart-city. Una ciudad tan inteligente que cuando circulas por algunas de sus calles te encuentras con carteles luminosos que te informan de la velocidad a la que te desplazas: "Circula Vd. a 51 Km/h" o de las plazas libres que quedan en los aparcamientos subterráneos de pago: "Parking Ayuntamiento 21 plazas libres". Se supone que éstos mismos carteles algún día estarán capacitados para informarte de muchísimas más cosas, como por ejemplo: "Circula Vd. a 51 Km/h, son 200 €", "Debe Vd. el impuesto de circulación" o simplemente: "Fernández, le recordamos su obligación de votar". Si a estos ejemplos, le añadimos que mediante un simple chip electrónico, además pueden tener información precisa de dónde nos encontramos en cada momento, etc., esto se empieza a asemejar al sueño orwelliano más delirante. Además en otro rasgo de refinado ingenio tecnológico, ya puedes abonar tu estacionamiento en la puta calle, una vez que sales del barrio, mediante teléfono móvil. Joér con la smart-city...
En Santander como en las demás ciudades españolas de medio pelo, pagas por aparcar en tu barrio a la O. L. A., una oscura compañía (supongo que las siglas correspondan a "Organización de Latrocinio Anónimo"), que desde hace años se ocupa de administrar el aparcamiento en las calles de la capital cántabra. La tasa anual para poder aparcar en tu barrio -si no sacas la tarjeta acreditativa tienes que emigrar a algún extrarradio, asciende a 27,50 €. ¿Pero si ya he pagado el impuesto de circulación? ¿Quienes serán los accionistas de esta empresa que se lo lleva crudo? ¿Si dijeron que era para facilitar el tráfico en el centro de la ciudad y ya no queda una sola calle sin O.L.A.?
Viene esto a cuento debido a que hoy mismo, estamos a principios de año, he tenido que cumplir con el "pizzo" municipal en un cajero del BBVA. Para tal fin, he tenido que enterarme de cuándo, dónde y cómo efectuar el pago de la citada extorsión, ya que en los primeros años al menos se dignaban a dejar el aviso correspondiente prendido en el limpiaparabrisas del coche, pero éste ejercicio, debe de ser por aquello de la smart-city, además de buscarte la vida para recabar información de los plazos y modos, después del ingreso por cajero o transferencia (más gastos adicionales), tienes que llevar el recibo de pago, D.N.I. original, permiso de circulación, último recibo del permiso de circulación, último recibo del seguro del coche y, por último, la tarjeta del año anterior, a un bajo comercial que la citada y oscura compañía tiene alquilado en una de las zonas más inaccesibles de la city.
Todo esto ocurre en el año 2014, en plena era de la revolución en la comunicación informática y teléfonos 4G, y para más inri en la ciudad supuestamente modelo de ciber civilizaciones futuras.
Eso sí, ante la total pasividad y absoluto beneplácito de las correspondientes autoridades municipales.
8 comentarios:
Te veo comprando una bici..
Antes me echo al monte...
Como los maquis, si es que con tanta zona azul vamos a terminar trastornaos.
No me hables de las zonas azules, que me pongo atómico.
Ciudad "inteligente" Santander, míralo así. Viví unos cuantos años en ella, cuando no era así. Creo que no volveré (a vivir en ella, digo).
Que nos quiere hacer tontos,.....y lo consigue.
Míralo por este lado: zona 'blues'
ja, ja, ja
Ahora en serio, esto es de un morro que se lo pisan.
Te cobran varias veces por la misma cosa, para facilitar el tráfico... de dinero hacia sus bolsillos, debe ser.
Zona "blues" pero de triste. Es alucinante.
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