DE DELFINES E INDEPENDISTAS

La policía atribuye a la “corrupción política” la fortuna de Jordi Pujol hijo

Cuando a uno le vienen a la memoria delfines, enseguida se le forman imágenes de esos animales tan simpáticos, grandes amigos de los niños, de gran docilidad, elegantes saltarines a través de aros, persiguiendo barcos y configurando con sus plásticas acrobacias, bellas e idílicas estampas marinas.

Pero hay otro tipo de delfines, de también probada docilidad, fidelidad, e inquebrantable servilismo hacia quién ha sido su antecesor y facilitador del cargo político que ocupan. Esa clase de delfines no sólo defienden con ahínco a su protector y amo, sino que asimismo se ven compromtidos, pese a quién pese y caiga quién caiga, -las deudas se pagan- a salvaguardar los intereses de su numerosa prole.

A esta segunda familia de delfines, tan frecuente en nuestras costas, al parecer pertenece el actual Presidente de la Generalitat, "molt honorable" Artur Mas. Cómo sí no, puede entenderse el repentino empecinamiento de promover un referéndum por la independencia de Cataluña, que hasta el sector empresarial catalán más nacionalista tacha de precipitado e inoportuno.

¿Quizás porque en los últimos meses estén saliendo a la luz los trapos sucios de la dinastía Pujol-Ferrusola almacenados en oscuros desvanes durante más de treinta años? ¿Quizás los escándalos de corrupción que afectan a los miembros de la familia que durante décadas ha gobernado a su antojo los destinos de Cataluña, puedan poner en peligro la situación de sus miembros tras las previsibles e inmediatas causas judiciales a las que serán sometidos y por lo tanto necesiten una mano amiga que mueva los hilos? ¿Quizás la primera ley del Parlament de la Catalunya independiente pudiera ser la amnistía y el borrón y cuenta nueva? ¿Quizás esta paranoia que me mantiene insomne pudiera tener base real?

Una cosa si que les puedo asegurar, si funciona la estrategia y éstos se van de rositas, no va a quedar una sola autonomía que al grito de ¡maricón el último!, y no precisamente por motivos puramente ideològicos,  no se ponga a la cola de la independencia.