En todas y cada una de las viñetas diarias posteriores al terremoto de Haití publicadas en el diario EL PAÍS, el gran Forges advertía por temor a que la tragedia y la solidaridad cayese pronto en el olvido en un pequeño letrero situado en una esquina de las mismas: "Pero no nos olvidemos de Haití".
Siguiendo la idea del genial humorista, en cada artículo periodístico publicado respecto al escándalo de los ERES, de la familia Pujol, y de tantos otros casos recientes de corrupción, con los que nos indigestamos durante el desayuno cada mañana, debiera rezar en letras mayúsculas bien legibles: PERO NO NOS OLVIDEMOS DEL GÜRTEL.
8 comentarios:
No nos olvidemos de nada.
O al menos de casi nada.
Si solo fuera ese, pero hay tantos casos pendientes que si nos dieran detalles a diario acabaríamos con úlcera de duodeno.
En agosto ya se sabe lo que pasa en los juzgados...
Da la sensación que van dejando el expediente al trán-trán...
Terribles son las sensaciones que nos provocan estos casos y de todos los tamaños y colores. Menudo muestrario de corrupciones han montado, de exposición.
Podían montar una nueva EXPO...o un parque temático dedicado al choriceo.
Además de verdad, es deprimente.
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