El sol, banjo
del cielo, suena triste
entre los dedos
pálidos del día,
está de luto
todo lo que existe:
la noche, el
mar, la luna, la poesía.
Están tristes
las nubes, los gorriones,
las calles, los
caminos y las cosas,
y en el jardín
de las constelaciones
se marchitan
los sueños y las rosas.
Se aburre de
estar triste la tristeza,
el viento
ensimismado está aburrido,
y en la mirada
azul de la belleza
se miran los
espejos del olvido.
Ha muerto Pete
Seeger, el poeta
que nunca renunció
a sus ideales,
el que hizo del
amor su única meta,
el juglar de
los versos fraternales.
Templada en la
fragua de Vulcano,
su voz es
fuego, poderosa llama
que ilumina el
corazón humano,
amor que arde
en todo lo que ama.
Su voz era la
voz del compromiso
con las causas
perdidas, con la gente
que perdió para
siempre el Paraíso,
lejos del rico
o del terrateniente.
Llora el mundo
su ausencia irreemplazable,
llora el mar en
las playas del hastío,
y se oye la
música inefable
de un banjo que
llora como un río .
Es el banjo que
toca un soñador,
como un
ruiseñor bajo la luna,
el banjo de la
luz y del amor
con el que Pete
Seeger nos acuna.
(Santander, 2 de febrero de 2014)
Antonio Casares
10 comentarios:
Precioso poema homenaje.
Sí señor, estupendo poema. Cascadísima ya la voz de Seeger en este vídeo, pero con un par.
Más mérito aún, con la voz cascada...
La voz se va, queda el mensaje.
¡Gran homenaje para un grande!
Cualquier homenaje es insuficiente.
Emotivo y merecido homenaje.
Creo que esta actuación fue en España.
En Barcelona, creo.
En el Palu Sant Jordi.
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