Cuando dijo Mateo aquello de: "Porque muchos son los llamados y pocos los elegidos", debíó otear allá en el lejano horizonte a los políticos y sindicalistas españoles.
Cierto es, que, de acuerdo con Mateo, muchos de éstos se presentan a todo tipo de elecciones, ya sean políticas o sindicales, y que como no hay suficientes cargos disponibles para tanto aspirante a la desinteresada defensa de, respectivamente, ciudadanos y trabajadores, pocos son los finalmente elegidos para el acceso a aquéllos cargos de poder político-sindical donde, en cuestiones fundamentales, en verdad se corta el bacalao. Es ésta, y no otra la razón de la inusitada querencia hacia los despachos en cargos relacionados con las Obras Públicas y asientos en los Consejos de Administración de empresas y bancos bajo control estatal. Resumiendo, en todos aquellos destinos, dónde se puedan administrar caudales públicos con la proverbial ética profesional acstumbrada, cumpliendo escrupulosamente con la elevada responsabilidad que les fue encomendada por sus confiados electores.
Lo que no vislumbraba ni Mateo ni el mismísimo Nostradamus, era que en el instante de ocupar los citados cargos, los representantes públicos en cuestión, olvidándose con prontitud de las urnas, se considerasen ya nombrados por designio divino, y como tales, inmediatamente comenzaron con su actritud despectiva hacia el populacho. No sólo se auto otorgaron sueldos escandalosos, sino que al objeto de acallar posibles denuncias acerca de sus nefastas gestiones empresariales por parte de los miembros del consejo de administración nombrados por partidos de la oposición y sindicatos mayoritarios, se repartieron generosamente tarjetas de crédito opacas frente al fisco, con las que unos y otros sin excepción, al diablo las diferencias ideológicas, asolaron sin piedad los cajeros automáticos y chicharras de joyerías, comercios, restaurantes, hoteles, discotecas, estancos, vinotecas y casas de masaje de superlujo de Madrid y parte del extranjero.
Con británica flema e hispánica picaresca, alquilaron yates y suites de lujo en las playas de moda más exclusivas y extrajeron ingentes y puntuales cantidades en metálico, considerándolas, según propias declaraciones, como "complementos flexibles" a su salario. Adquirieron como ejemplo de sus disparatadas compras, se ignora si para regalo o para consumo propio, y siempre con cargo a dichas tarjetas, artículos tales como lencería fina y otros artículos de dudosa utilidad en las relaciones empresariales. Esquilmaron los cajeros hasta el último día -algunos de estos consejeros incluso meses después- de ocupar sus cargos.
Se consideraban tan elevados en su pedestal divino, que una vez detallados los pagos de las tarjetas en la prensa, algunos titulares de las mismas incluso protestaron por la supuesta intromisión en su privacidad, olvidándose que para asegurar dicha privacidad, debieran de haber pagado esos gastos tan particulares, con su tarjeta privada y no con la pública. Actualmente -siendo algunos incluso inspectores de hacienda de profesión-, no solo alegan desconocimiento de la posible ilegalidad en la emisión y uso de dichas tarjetas, sino que las justifican como habituales.
Probablemente incluso pudieran contar con la comprensión de la judicatura, rememorando que Carlos Dívar, el ex presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, hacía lo propio con sus dietas.
Borges decía en un memorable escrito, que lo peor de las dictaduras no era su crueldad, sino que te quisieran hacer pasar por tonto. Si crueldad es el despilfarro, entre otros caprichos, en masajes filipinos, del dinero de una empresa pública que mientras tanto estafaba "preferencialmente" a sus propios clientes a la par que desahuciaba a los otros, querer hacernos pasar por tontos, es que el expresidente de gobierno no se digne a contestar a los periodistas cuando se le pregunta acerca de un antiguo amigo delincuente que él mismo situó al frente de una de las más importantes entidades financieras del país, y por cuya nefasta gestión hemos pagado entre todos los no elegidos ¡¡¡30.000 millones de euros!!!
Curiosamente han suspendido del ejercicio de la judicatura, desconozco si justamente o no, al juez que llevó a presidio al responsable máximo de las tarjetas VIP, mientras éste sigue en la calle.
Veremos a ver quienes son los "elegidos" en las próximas elecciones. Lo presumiblemente cierto es que antes o después, volverán a considerarse los favoritos del Olimpo.
25 comentarios:
Magnífico resumen de la situación!
A mi tambien me ha extrañado lo del juez Silva, creo que es.
Será acaso que algunos de los jueces tienen algo que esconder? o quizá deban favores a quienes sospechamos?
Es una verdadera lástima que al juez que llevó a presidio al capo máximo lo hayan inhabilitado por dieciseis o diecisiete años, pero es culpa suya, por hacer mal la instrucción. Nos salió otro Garzón, qué le vamos a hacer. Jueces que se consideran Justicieros Universales y entonces les vale todo. ¿Prevaricaión?, se preguntan. ¿Y eso qué eh lo que eh?, se contestan. Una fruslería, pelillos a la mar.
Dicho esto, coincido con Borges.
¿Sabes cuánto dinero se calcula que se pierde en la corrupción anualmente? 10.000 millones de euros, tirando por lo bajo. Suficientes para pagar el salario mínimo de 1,3 millones de parados, por ejemplo.
A mi lo que me mosquea es la rapidez lentitud que emplean en las causas judiciales según los casos.
Entonces dentro de siete años estamos otra vez con el mismo importe de rescate.
Muy bueno, Gato.
Si no estoy mal informada, que puedo estarlo, hay una diferencia entre lo de Garzón y lo de Silva. No es lo mismo preparar un espionaje a posteriori que utilizar una documentación que ya existía, como son los correos de Blesa, que además son relevantes y reveladores de todo lo que se estaba cociendo. ¿Cómo es eso? Si los de Urdangarín y Torres sí valen, ¿por qué no los de Blesa y Cía?
Lo de la "justicia" es de risa por no echarse a llorar.
A mí me mosquea que siempre aparten a los jueces que se enfrentan al poder. Personalísimos estelares aparte.
¿Una cadena de favores?
¿Una organización?
Sin lugar a dudas.
También deberíamos organizarnos.
Olvídalo, ya está todo el pescado vendido.
Si estará vendido que la alternativa es Podemos...
Se podría empezar por los "clamores populares", así, a lo bobo. Que vas a la pescadería y te dice el pescadero: ¿qué desea? Pues se le contesta: que dimita la Ministra de Sanidad.
Serviría para todos los sitios y para cualquier pregunta. ¿Qué hora es? La hora de que dimita la Ministra de Sanidad.
Sin cansarse, a ver si por cansos se dan por aludidos.
El problema es que no hacemos nada más que hablar y hablar, pero a la hora de la verdad pasar a la acción nos da pereza o no queremos meternos en problemas.
A acción no me refiero a lo que entienden algunos.
Acción era Robespierre.
Esa es fulminante, desde luego.
Esa es fulminante, desde luego.
Si la alternativa es Podemos, ya podemos ir emigrando.
En cuánto han olido el poder, ya se están dando de hostias.
El "bueno" de Pablo Manuel, por si no había asomado la jeta suficientemente, se reivindica: ha forzado a "los suyos" a votar lo que a él le ha parecido bien, con el viejo truco de "si no aceptáis lo que propongo, quizá me vaya". Sus "seguidores", que no son completamente imbéciles y conocen el tirón mediático de Pablo Manuel, han dicho "sí, bwana".
Tenemos un nuevo caudillo, aleluya!.
(nótense las comillas).
Ahora empieza la trepa y la zancadilla.
Vamos, igual que en los partidos de la vieja casta....
Qué innovación, ¿verdad?. Eso es empezar con buen pie.
La misma historia de siempre. Ahora su novia, al parecer de IU, ocupa ya un lugar en la tertulia de la Sexta.
Ay, trepas, trepas, trepas.
No quisiera pasar por el "listo" del barrio, pero es que ya lo avisé, ustedes disimulen.
Eso estaba tan sumamente claro como que el movimiento 15M iba traer consecuencias.
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