Uno no sabe si existen diferencias notables entre dos sátrapas mentalmente enajenados como Saddam Hussein y Muhammad Gadaffi, al igual que tampoco conoce cuales son las exactas diferencias entre Libia e Iraq, aparte de algunos matices culturales y el tamaño de las reservas de petróleo. Hecha esta salvedad, uno se extraña de porqué la invasión al pillaje de Iraq, y la consiguiente destitución de Saddam Hussein, fue tan criticada por los mismos sectores de la población que ahora callan, luego otorgan, ante el ataque militar contra Libia. ¿Es que el look "mil y una noches", estilo travelo, de Gadaffi le disgusta? ¿No es cierto que ZP es el "machaca" de Angela Merkel enviando contingentes militares a Libia, mientras la teutona como Poncio Pilatos, se lava diplomáticamente las manos ajena a las guerras energéticas creadas por Sarkozy? ¿Dónde esconden su opinión los artistas de la ceja, los portavoces de la Academia Cinematográfica? ¿Dónde están las pancartas, los megáfonos, las manifestaciones de Bardem y compañía? ¿Porqué la invasión de Iraq era de corte "facha" y la de Libia "progresista"? ¿Porqué ZP no explica las razones por las que, ahora sí, debemos de participar en una incursión militar? ¿Es que ahora con la civilización de las culturas se ha vuelto estadista como Aznar?
¿No será más simple, y emulando a su ilustre antecesor en el cargo, esté buscando, ahora que le quedan pocas y contadas, una jubilación dorada al amparo y sombra del gran capital?
Uno es un hombre del campo, que como decía Manolo Escobar, no entiende de leyes, pero que tiene claro que en las próximas elecciones, como siempre, se quedará en casa disfrutando de la fiesta de los demócratas por la tele, o que tal vez pase olímipicamente de tan magno acontecimiento electoral.
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