No me resisto a publicar éste genial artículo de Juan José Millás
Ironía
Entre parado y preparado no hay más que un prefijo, distancia que, si nunca fue excesiva, con la crisis se ha reducido hasta extremos insoportables. De hecho, ahora todos los trabajadores somos, en potencia, preparados. La recomendación tradicional de los padres ("hijo, debes formarte para estar preparado") ha devenido en una ironía sangrienta, igual que la expresión "jamás hemos tenido una juventud tan preparada". En efecto, nunca hemos tenido una juventud tan cerca de quedarse en el paro; la mitad de los que acaben sus estudios este año se encuentran ya en situación de preparados. El significado se desliza por debajo de las palabras con el sigilo de una sombra asesina. Estar preparado, que en otro tiempo quiso decir haber estudiado dos carreras y cuatro idiomas, significa hoy encontrarse en la situación previa al desempleo, en el umbral del paro, en la frontera de la desesperación laboral. Ahora que habíamos logrado vivir como si no fuéramos a morir nunca, vamos a la oficina con la certidumbre de que nuestro empleo es la antesala del desempleo. Por eso hay también más trabajadores prejubilados que jubilados y contribuyentes más preocupados que ocupados. Hubo un tiempo, ¿recuerdan?, en el que el prefijo de moda fue pos: nos encontrábamos de súbito en la posmodernidad, en la poshistoria, en la era posindustrial o posanalógica. Parece mentira que un cambio de prefijo implique un cambio tan grande de cultura. Ahora todo es más premeditado que meditado, hay también más prejuicios que juicios y presentimos las cosas antes de sentirlas. Perdido su prestigio el pos, nos hemos dado de bruces con el pre. Pero no imaginábamos, la verdad, un pre tan duro, un pre de premonición, sobre todo sabiendo como sabemos desde el principio de los tiempos que no hay presentimientos buenos, pues no existen los profetas de la dicha.
JUAN JOSÉ MILLÁS ,11-11-11 EL PAÍS
7 comentarios:
Un artículo genial, sí señor.
"Jamás hemos tenido una juventud ta preparada", se llenaban la boca los que perpetraron esas leyes de educación absurdas (Rubalcaba fue el primero, por cierto). Uno, que conoce el nivel educativo actual, y también ha conocido otros anteriores se hacía cruces con esta frasecita. Iba por ahí, claro: pre-parados.
Absolutamente certero.
Sí, Charlie sí, pero yo te aconsejo que no dejes que se te note demasiado la educación de antes.
Je,je, qué cobroncete soy.
Nunca ha sido peor, ni más manipulada, que en la actual "democracia".
Pues no tanto como quisieras, amigo Finchu. Veo que sigues empecinado en instalarme en tiempos pretéritos. Yo sí podría hacerlo con algunos que se han quedado en esos tiempos y no tienen ninguna intención de salir de ellos, pero no voy a hacerlo.
No, yo no hablo de los planes educativos del franquismo, sino de los de la democracia.
Y digo que no ha habido en la historia reciente de este país mayor despropósito que dichos planes. Si empezamos igualando por abajo para que todo el mundo pase curso y no queden los alumnos estabulados, que estorban muchísimo y no sabemos qué hacer con ellos, los estamos haciendo un flaco favor. Primero, porque la enseñanza bajará constantemente de nivel (tienen que pasar todos, y si hay que hacerles trescientas pruebas para una misma evaluación se les hace, faltaría más). Segundo: no todos tienen las mismas capacidades (lo siento, pero eso es así, es la vida) y con estos métodos conseguiremos aburrir a los más capacitados. A los menos no les importa porque el rasero lo han puesto basándose en ellos. Es decir, cero esfuerzo. Los chavales llegarán -de hecho llegan- a la Universidad con una preparación patética.
Quizá habría que empezar enseñando que todas las cosas requieren un cierto esfuerzo (poco, mucho, regular, depende) y que sin él no se consigue nada.
Podría estar hablando del tema hasta el año que viene, pero de momento lo voy a dejar ahí.
Que sí hombre sí, soy consciente de ello sólo era una bromita, no te enfades.
Vale, usted perdone. Es que cuando me tocan este asunto, me revuelvo, lo siento.
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