martes, 18 de septiembre de 2012

EL ÚLTIMO CANTO DE MALDOROR



EL ÚLTIMO CANTO DE MALDOROR

Bien pertrechado estoy contra vosotros,
los ciegos enemigos del espíritu,
los que no respetáis a los poetas
o miráis con odio al soñador,
y no me arredra la maldad humana
ni los burdos demonios que la ejercen
y se arrogan la propiedad de todo.
Bien pertrechado estoy con estos nombres:
Hölderlin, Baudelaire, Rimbaud, Walt Whitman,
y Poe, y Blake,  y Keats, y Emily Dickinson,
y todos los que han dado su vida
por amor al arte, a cambio de nada,
y ellos bastan para protegerme
de los que quieren destruir el mundo
y hacer del universo una tumba
para enterrar a los soñadores.
No necesito armas ni argumentos
para tener razón y defenderme
de los cobardes y los pusilánimes.
No necesito más que estas palabras
que quieren expresar mi rebeldía
contra vosotros y vuestras falacias,
llámense patrias, religiones, dioses,
formas sofisticadas de opresión.
Venid, los mal nacidos y los déspotas,
los dueños del poder y sus desmanes,
los causantes del sufrimiento ajeno,
los multiplicadores del dolor,
los que queréis que el mundo sea una cárcel,
los crueles forjadores de cadenas
visibles e invisibles, los que hacéis
al hombre esclavo de vuestra locura,
los verdaderos bárbaros, no aquellos
de los que habla ingenuamente Cavafys.
Venid con vuestras máquinas de guerra,
como habéis hecho a lo largo de la historia,
venid con vuestros imperios de sangre,
o vuestras leyes trágicas e injustas,
todo aquello que nace de vosotros
y que a mí me parece abominable.
Venid, venid, malditos. Yo os maldigo.
Yo os maldigo en el nombre de Pushkin.
Yo os maldigo en memoria de Maiakovski.
Yo os maldigo en recuerdo de aquellos
que habéis destruído impunemente
desde que el universo fue creado.
Venid, hijos de perra. Venid, cerdos.
Os espero sentado en una piedra
a la orilla del río, o caminando
junto al mar, escuchando la música
inefable de la naturaleza,
os espero en el banco de una plaza,
a la sombra de un árbol centenario,
soñando con un libro entre las manos,
fumando un cigarrillo os espero,
os espero tendido en la hierba,
bajo un cielo inmensamente azul,
viendo pasar las nubes y los días,
mecido por el viento o por la lluvia
que cae con suavidad sobre las frondas,
os espero de pie y no me arrodillo,
os espero llorando a los suicidas,
oyendo el canto puro de los pájaros,
o a la luz de la luna, absorto, mudo,
leyendo ese hermosísimo poema
que escriben cada noche las estrellas.
Os espero abrazado a lo que amo.
Os espero escribiendo esto que escribo,
sin temor a posibles represalias.
Os espero con balas y gendarmes
dispuestos a matar a quien discrepa,
al que está solo, al que dice que no.
Desesperadamente os espero,
sin abdicar jamás de mi deseo
de hacer aquello que me  da la gana
porque me da la gana y porque sí.
No os temo. ¿Quién teme a los eunucos
que se ocultan detrás de la violencia?
¿Quién teme a los cobardes que se esconden
entre las faldas de la democracia?
No os temo, simplemente os desprecio
con todas la energía de mi alma
y la vehemencia de mi corazón,
y aunque podáis quitarme la vida
como habéis hecho con muchos otros,
sin responder ante nadie por ello,
no me podréis quitar la libertad
que me da la poesía, un bien supremo
que ha vivido y morirá conmigo.
Aunque seais temibles, no os temo:
la llama del amor seguirá ardiendo
más allá de la muerte y de la nada
e iluminando con su luz eterna
la noche infinita del mundo.     

Antonio Casares (Santander, 16 de septiembre de 2012)

6 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Lautréamont no se avergonzaría.

Sirgatopardo dijo...

Eso mismo he pensado yo.

marian dijo...

De acuerdo, pero no solo de poesía puede vivir el hombre, como tampoco de pan nada más.
Sueños que no se llevan a la práctica ¿para qué sirven?, bueno, igual para que otros le echen valor a los suyos.
Pero comparto su rebeldía y su ataque "poético".

Juan Nadie dijo...

De acuerdo.

Sirgatopardo dijo...

Conociendo al autor, no podrá vivir sólo de poesía, pero seguro que no puede vivir sin ella.

Sirgatopardo dijo...

Por cierto, la labor de un poeta es denunciar, los problemas los deberían solucionar los "profesionales" tan generosamente remunerados que tenemos......