miércoles, 20 de agosto de 2014

DESTINO NEGRO


Habrá que volver a Manuel Alcántara si queremos aprender algo.

Destino negro
Lo llaman tensión racial, pero se trata de una tensión económica, que siempre es la más alta. El asesinato de ese joven negro, probablemente pobre y probablemente ratero, tiene preocupado incluso a Obama, que no puede decir, como aquel legendario campeón del mundo de los pesos pesados: «Yo también fui negro: cuando era pobre». Obama nunca ha sido económicamente débil y desde que es presidente de los Estados Unidos no se le nota el color de su epidermis. Si ha tropezado de nuevo con el conflicto racial es porque un policía de gatillo fácil le pegó seis tiros a Michael Brown, de los cuales, por suerte para la víctima, sólo tres eran mortales.

El caso del chico malo que había robado cigarrillos en una tienda y del agente de Ferguson ha resucitado un problema que jamás había muerto desde que Gobineau, que por cierto era uno de los autores favoritos de Hitler, escribió 'Acerca de la desigualdad de las razas'. Desde entonces ha llovido mucho y ha escampado las mismas veces, pero las brumas siguen extendiéndose por estos sucesos desgraciados. El difunto Michael tenía los brazos alzados cuando recibió los seis impactos, pero el policía que le disparó a una distancia de 30 centímetros pensó que quería rodearle a pesar de estar solo. Ahora la verdad depende de la autopsia. Los jueces serán los forenses.

Quizá sea demagógico pensar que el racismo está íntimamente ligado con el dinero pero es presumible que si el certero policía se hubiese encontrado con Pelé o con uno de los múltiples ases del baloncesto, se habría limitado a pedirles un autógrafo. Ni los niños ni las personas decentes somos racistas. Cuando me encuentro con Pepe Legrá, al que vi en el país de Gales ganar el Campeonato Mundial de los plumas, hacemos combate nulo en besos. Yo le beso a él y él me besa a mí. Tengo en mi exiguo guardarropas el batín, celeste y blanco, con el que subió al ring, pero me da vergüenza ponérmelo. Aunque esté solo.
Manuel Alcántara, 20/08/2014

lunes, 18 de agosto de 2014

DE POSIBLES OLVIDOS

Autor: Forges


En todas y cada una de las viñetas diarias posteriores al terremoto de Haití publicadas en el diario EL PAÍS, el gran Forges advertía por temor a que la tragedia y la solidaridad cayese pronto en el olvido en un pequeño letrero situado en una esquina de las mismas: "Pero no nos olvidemos de Haití".

Siguiendo la idea del genial humorista, en cada artículo periodístico publicado respecto al escándalo de los ERES, de la familia Pujol, y de tantos otros casos recientes de corrupción, con los que nos indigestamos durante el desayuno cada mañana, debiera rezar en letras mayúsculas bien legibles: PERO NO NOS OLVIDEMOS DEL GÜRTEL.