Estimado Señor de Prada:
A uno, que se considera admirador de su prosa, y, que a pesar de
encontrarse situado en el lado contrario a su barrera, y suele leer con fruición, e incluso defender ante amigos más expertos en literatura, su estilo de
brillante articulista, y que además, no le duelen prendas en reconocer asimismo su tremendo poso
cultural, en esta ocasión y respecto al artículo en concreto editado en el semanario
dominical Magazine, y que lleva por título "Piropos", retiene enormes y respetuosas dudas
sobre el mensaje lanzado en el mismo.
Me explico. Usted termina su artículo alabando a aquéllos que mediante piropos consiguen que las mujeres bellas,
agradecidas y sin complejos hagan mohínes de supuesta coquetería al escuchar a su paso fuegos griegos lanzados por poetas de fino
espíritu y que, dado el
caso, al parecer usted conoce algunas, se enamoren del bardo guasón, del guardia urbano o del sursum corda,
y se despose con él. Eso sí, desaconseja usted no piropear a
escritoras inglesas ante el posible peligro de desaire. Asimismo cita usted una
anécdota de Julio
Camba, apócrifa o no, y a
quien admiro profundamente por guasón, literato y gourmet.
También, creo entender,
desearía usted el afán de despecho de Atenea y Hera hacia
Paris, en las mujeres actuales como si los tiempos no hubieran cambiado a pesar
de Bob Dylan.
Asegura usted, más adelante, que los
hombres además agudizaríamos el ingenio ante la corrección política ensayando los piropos en directo delante de presencia
femenina y que hay que mantener el rescoldo moribundo de machos sin
resentimientos.
Ve como usted, que además de defender los con fe los valores de la Iglesia Católica, allá cada cual y cada uno, es usted un brillantísimo articulista, usted solito Señor de Prada, ha conseguido el milagro de
escribirme un artículo.
De lo que no estoy tan seguro es de la opinión que les causará a algunas escritoras españolas, que haberlas, y bellísimas, las hay, el mío...
Gracias Señor de Prada, continuaré leyendo sus artículos a pesar de que no militemos casi nunca
en el mismo bando de la corrección política, y que hayan transcurrido la revolución francesa, la
transición, y, entre otras y sin ir más lejos, recientemente Ana María Matute.
No tengo claro tampoco, que opinaría al respecto si fuese mujer, y conociese más a fondo la lírica de sus versos y las delicadas voces en las que se dedican dichos piropos...
Un saludo afectuoso
Manolo López, alias
Gatopardo