viernes, 27 de enero de 2012

LAMELIBRANQUIOS

 LAMELIBRANQUIOS

Platón los habría echado del ágora,
y lo mismo, sin duda, Aristóteles,
pero el que más empeño habría puesto
en evitar su aciaga compañía,
entre todos los pensadores griegos,
es Diógenes, el de la Secta del Perro,
que no tenía pelos en la lengua,
ni tuvo el más mínimo reparo,
según cuenta Diógenes Laercio,
en llamar la atención a Alejandro,
el hombre más poderoso del mundo,
sin temor a recibir represalias
ni a quedarse sin ningún privilegio.
Pero estos que se dicen filósofos,
estos que se arrogan el ser sabios,
y a veces presumen de poetas,
los que usan la cultura como máscara
para ascender en la escala social
o alimentar su vacuo narcisismo,
viendo el cinismo de los gobernantes
(cinismo en el peor de los sentidos),
y los desmanes que, impunes, cometen,
ante las injusticias evidentes,
en vez de poner el grito en el cielo,
guardan silencio como los cobardes,
callan y otorgan como los eunucos,
y, lo mismo que perritos falderos,
lamen la mano que les da migajas,
y estarían dispuestos a lamer,
con tal de obtener una prebenda
o un puesto superior al que ocupan,
otras partes que aquí no se dicen,
por no decirlo soez o procazmente,
por respeto y consideración
al que quiera leer estas palabras.
Antonio Casares
                                                   (Santander, 26 de enero de 2012)


jueves, 26 de enero de 2012

EL JUZGADO POPULAR Y EL 28 DE DICIEMBRE



La absolución de los señores Camps y Costa con una decisión dividida del juzgado popular, por 5 votos a 4, deja claramente en entredicho la conveniencia de los juicios populares en ésta clase de litigios políticos y nos hace pensar en la fiesta del 28 de Diciembre.
Me explico, en Valencia, dónde el Partido Popular ha ganado las últimas elecciones por amplia mayoría, lo más probable es que si salen elegidos 9 ciudadanos para formar el juzgado popular, como mínimo 5 sean simpatizantes de dicho partido, y conociendo las dos Españas, también adivinamos -sin necesidad de facultades paranormales- la intención de sus votos. Las mismas razones son aplicables para el enjuiciamiento de posibles acusados del PSOE en otras autonomías y  momentos de la historia reciente.
Claro, que si ésto se me ocurre a mí a bote pronto, supongo que con mayor motivo a los políticos antes de legislarlo, y las razones para la nominación de los componentes del Consejo General del Poder Judicial por parte del Parlamento, parecen asimismo evidentes.
El Sr. Gallardón parece empeñado, pese a los obstáculos de los partidos de la oposición que argumentan la fuerza de los votos, a devolver el poder de la justicia a los profesionales de la misma.
Y es que la democracia, como ya se ha demostrado en otras ocasiones, no siempre es la solución perfecta.

miércoles, 25 de enero de 2012

UN GOBIERNO DE ARMAS TOMAR

¿Les suenan éstos (perdón éstas) caras ?
Da la sensación de que los miembros del actual gobierno de las hispanias han elegido una profesión equivocada, de que la política es un traje que les queda demasiado grande, aunque a algunos de su gremio, al parecer, se los hayan hecho a la medida. Quizás si hubiesen oído la llamada ferruginosa de Vulcano, habrían sido, por ejemplo, excelentes herreros. Quizás lo suyo sea la metalurgia, la ferralla, el acero, la forja, el temple, la soldadura, la aleación, la acuñación de moneda ideológica falsa para engañar a los electores. Da la inquietante sensación de que se han pasado dos legislaturas (los pueblos que se han pasado no los contabilizamos), afilando sus armas para usarlas contra los débiles, contras los inocentes, porque inocentes son, y en sumo grado, los que les dieron su confianza en los comicios. Y es que han entrado en la escena de este maremágnum en que naufragamos con el cuchillo entre los dientes, como si se tratara de un abordaje corsario a la nave democrática, degollando sueños, apuñalando el alma de los ingenuos, y traicionando con cínico descaro sus propias promesas electorales, que han tardado escasos días en incumplir. Nada más apoderarse del barco han dado un golpe radical de timón: íbamos a la deriva, y a la deriva seguimos junto a los arrecifes, con el buque haciendo aguas por todas partes, amenazando con hundirse con cinco millones largos de parados, ya hemos perdido la cuenta. No hay barco ni país que aguante semejante peso. Dicen digo, dicen diego y dicen lo que haya que decir con tal de llegar adonde quieren llegar, sin importarles qué o a quién dejen por el camino, apelando siempre al bien común y a la salvación de la patria. De la patria o del patrimonio de los compatriotas adinerados, a los que defienden con capa y espada. Así que no sabemos a ciencia cierta si son registradores de la propiedad o acuchilladores, leguleyos o leñadores de hacha con dos filos, economistas o matarifes que nos quieren llevar directamente al matadero. No sabemos qué razones ontológicas pueda haber para que cambien más que los camaleones. Lo suyo es la metamorfosis, el trueque de imagen y de chaqueta, así que no sabemos si son hijos de Kafka o hijos putativos de Ovidio. No sabemos, ni acaso sepamos nunca, aunque actúen como tales, si son filibusteros, bucaneros, piratas, corsarios o espadachines al servicio de su majestad el dinero. No sabemos por qué esta monarquía plutocrática con acuñación numismática de curso legal -cosa contradictoria donde las haya- administra la res publica, la cosa pública, sin ser una república propiamente dicha, según su nombre indica irrefutablemente. No sabemos por qué se mantiene en pie esta paradoja de las paradojas. No sabemos tampoco con exactitud qué tipo de armas han usado o van a usar en la refriega, si el dalle, la guadaña, el cuchillo bonitero, el jamonero, la cheira, la falcata, la faca bandolera, la cimitarra, el abrecartas, la bayoneta, la navaja de Ockam, la de afeitar o la de Albacete, pues en vez de una cuchillada limpia o una estocada en todo lo alto, como es de rigor (¡al toro, señor Montoro, que es de oro!), nos han dado varias puñaladas traperas, que no trapenses, como en las reyertas barriobajeras, nada lorquianas, de forma marrullera, sin ninguna estética y sin ninguna ética. No sabemos si saben qué es la ética; ellos, que con demasiada frecuencia se aferran a la moral demócrata-cristiana y a la moralina católica del padre Astete. En cuanto a la estética, su estilo es el estilete. !Qué lejos queda la estética de los piratas de la Oda marítima de Pessoa! ¡Qué lejos están estos corsarios de salón de aquellos que nos describe sabiamente Defoe! ¡Qué lejos estarán siempre de los bucaneros entrañables de La Isla del tesoro! ¡Qué lejos...! Tenemos un gobierno manostijeras que, amagando con podar los suntuosos jardines de las mansiones de los grandes señores, ha empezado a recortar como flores mustias, congelándolos, los sueldos de las clases medias, léase funcionarios, y no han empezado a hacerlo por los de más abajo porque los desposeídos no tienen un miserable tiesto de todo a cien donde caerse muertos. No sabemos si les da vértigo mirar hacia arriba. No sabemos si son jardineros o son unos capullos. No sabemos si son pastores del rebaño al que no cesan de esquilar o burdos peinaovejas. Sabemos (por sus obras los conoceréis) que cortan, recortan, siegan, sajan, rajan, tajan, apuñalan, rebañan, laminan y seccionan con una facilidad pasmosa, y que manejan como matasanos irresponsables cuchillos, navajas, tijeras, y cualquier objeto cortante que tengan a mano, sin olvidar el bisturí, y mucho nos tememos que el enfermo, mutilado impunemente en cuerpo y alma, en pensamiento y en espíritu, bajo el cloroformo mediático de su cuerda, se les va a quedar fiambre en la mesa de operaciones... Financieras, sí, pero operaciones. Pretenden, sin embargo, y esa imagen falaz nos quieren dar, ir de caballeros de la tabla redonda luchando heroicamente contra el dragón infernal de la crisis o como caballeros templarios, tanto monta, y han emprendido una cruzada a lo San Jorge, no contra los únicos culpables de ella (que todos sabemos quiénes son), sino contra los que menos tienen, como si éstos, esquilmados incesantemente hasta no poder llegar a final de mes, y ya muy pronto ni al principio, tuviesen escondido debajo de la almohada, en la hucha o en la viga del piso hipotecado hasta las cejas, el santo grial. Olvidan con sospechosa facilidad dónde está el grial auténtico y quienes tienen en poder el reino de Midas y el cuerno de la abundancia. Son unos desmemoriados sui generis, que se olvidan de todo menos de sí mismos: para ellos no hay cortes ni recortes ni hibernaciones salariales; ellos tienen bula, ellos son los privilegiados de un sistema que tratan de apuntalar con el sudor y el dolor ajenos. Estos pretendidos caballeros a lo Ricardo Corazón de León tienen de caballeros y de palabra de caballeros lo que un ateo de monja clarisa. Nada que ver con D´Artagnan, aunque manejen el florete dialéctico y la floritura verbal como académicos lenguaraces o maestros de esgrima. Dan grima. Han querido forjar sus espadas en el fuego del infierno de la crisis y templarlas en el río revuelto de la economía, pero se han pasado de temperatura y se les han derretido y ahora ya son solo un amasijo de hierros retorcidos y oxidados que no les da ni para la chatarra. Ni laTizona ni la Colada se merecen a estos babiecas, ni ellos aguantan la comparación con el Cid, que, como su nombre revela, era un señor: “¡Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señore!”. No queremos pensar, aunque lo hacemos, en la cara de tontos que se les va a quedar a sus votantes a medida que vayan tomando decisiones drásticas contra ellos, y cuando sepan por experiencia que los que se las prometían triunfos -siempre espadas- van a ir a Europa sacando pecho sin motivo y van a volver derrotados como cluecas, como babiecas indignos de la pata del caballo del Campeador, de la que tal vez pretendan descender. De alcurnia le viene al alcornoque. Da la desagradable sensación de que, en vez de defender los intereses de la gente a la que desangran como sanguijuelas con tozuda insensatez van a defender su poltrona, su silla gestatoria de desgracias, su sillón giratorio a la derecha, cada vez más a la derecha, hasta que se les caiga la máscara y veamos su cara verdadera: la cara de la derechona que siempre han sido, son y serán. Entonces, en lugar de espadas, pintarán bastos, y los que les dado la mayoría en las urnas se darán cuenta, aunque tarde, de que se han equivocado y de que sobre ellos van a llover los palos. Que cada palo aguante su vela. Mientras tanto, nos mantienen a la expectativa, nos adormecen diciendo lo que harán o dejarán de hacer, haciendo juegos de manos con las cartas marcadas, bailando el agua a la señora Merkel y a todos los que han raptado a Europa para pedirnos que paguemos su rescate, danzando la danza de las espadas, que acabará como acabó la de Salomé: con la cabeza del Bautista sobre una bandeja, cabeza que pondrán (en bandeja de plata, por supuesto) a los jerifaltes europeos, y, como consecuencia, andaremos por la vida, merced a sus mercedes, como pollos descabezados, como Carpanta, sin un pollo que llevarnos a la boca y sin un euro en el bolsillo para comprarlo. Y antes de entrar a matar en la suerte suprema y de darnos la puntilla definitiva en este ruedo ibérico con piel de toro, con el señor Montoro como matador, seguirán blandiendo entre las sombras sobre el indefenso pueblo que desgobiernan, siempre dispuestos a dejarla caer, a falta de la guillotina gabacha, la espada de Damocles. No habrá más pactos de Toledo; de Toledo serán quizás los espadones de la represión política, económica y social que estamos sufriendo en nuestras carnes con estoicismo (¿o es sadomasoquismo?) como si fuéramos los parientes paupérrimos de la estirpe de Séneca y estuviésemos por ello obligados, por aquello del fatum, por una esotérica conjunción de los astros a cumplir como desastrados, sin rechistar, sin quejarnos, sin levantar nuestra voz más airada e insumisa, con el tan traído y llevado y enigmático y pretencioso destino en lo universal. ¡Qué tragedia hubiera escrito Antonin Artaud para el teatro de la crueldad.

Antonio Casares


"Sé que tengo cáncer. Lo que quiero decir antes de morir es que odio a los psiquiatras. En el hospital de Rodez yo vivía bajo el terror de una frase: "El señor Artaud no come hoy, pasa al electroshock". Sé que existen torturas más abominables. Pienso en Van Gogh, en Nerval, en todos los demás. Lo que es atroz es que en pleno siglo XX un médico se pueda apoderar de un hombre y con el pretexto de que está loco o débil hacer con él lo que le plazca. Yo padecí cincuenta electroshocks, es decir, cincuenta estados de coma. Durante mucho tiempo fui amnésico. Había olvidado incluso a mis amigos: Marthe Robert, Henri Thomas, Adamov; ya no reconocía ni a Jean Louis Barrault. Aquí en Ivry sólo el doctor Delmas me hizo bien; lamentablemente murió... -Estoy asqueado del psicoanálisis, de ese "freudismo" que se las sabe todas".
Antonin Artaud

lunes, 23 de enero de 2012

El Azor

Quizás sean pocos los que conozcan la azarosa historia el Azor, emblemático barco de Franco, lugar de reuniones de Estado durante la dictadura y motivo de polémica durante el primer gobierno socialista al ser utilizado durante un crucero de verano por el recién nombrado presidente del gobierno Felipe González. El país no estaba preparado entonces para aceptar el Azor como parte del patrimonio, sin más, y con el fin de evitar males mayores era subastado en 1990 con el compromiso de que su destino final fuera el desguace. Las cosas terminaron por ser algo diferentes, ya que el comprador trató de convertir el barco en una especie de lugar de ocio flotante y, al no conseguirlo, lo dejó varado en medio del campo castellano, en la provincia de Burgos, donde se convertiría en reclamo turístico para curiosos y nostálgicos hasta que por diferentes avatares se vendió la finca a un nuevo propietario. ¡Qué imagen tan alucinante la del barco en medio de la meseta, visitado por unos personajes que debían ser particulares al menos! Sólo con esto hubiera bastado para construir un relato memorable a propósito del final de los emblemas del poder y de la fragilidad de los fastos del mundo. No obstante, como ocurre con las mejores narraciones, las cosas no se han quedado ahí. Fernando Sánchez Castillo, uno de nuestros artistas más internacionales, interesado en la memoria histórica y amante sobre todo de los relatos, llevaba tiempo siguiendo la pista al barco, interesado, como es recurrente en él, en los símbolos de la Dictadura -y su destino- que relee con ironía y con distancia –que es el único modo de releerlo las historias recientes. Por fin y tras diferentes avatares, a finales del año pasado ha podido comprar el Azor a su nuevo propietario, perplejo ante el monstruo varado en la su parcela, suponemos. Ahora el Azor está en el Matadero de Madrid. Sánchez Castillo ha llevado a cabo el destino final que se había puesto como condición en la subasta de 1990: lo ha convertido en material de desguace, cubos de material prensado (imagen superior). Es increíble ver la Historia –con mayúscula- convertida en chatarra, una operación inteligente también desde el punto de vista de la propia historia del arte. De hecho, si en sus relecturas del franquismo el artista suele ser más literal, más narrativo, esta vez ha apostado por una obra a punto de ser minimalista, con homenajes a Arman y Nevelson, con la cual el espectador se da de bruces en la instalación. La obra es bella e inesperada y ahí reside lo irónico –nadie diría que es el Azor. Sólo un mástil maltrecho, a un lado, rompe el encanto de lo impoluto y la puesta en escena minimal, quizás porque la historia corre siempre tras de nosotros, hagamos lo que hagamos. Y los fantasmas. Eso es lo interesante de este Azor deconstruido: por mucho que se desguace es imposible eliminar el pasado.
EL PAÍS


miércoles, 18 de enero de 2012

La velocidad y el tocino en la encrucijada económica

Uno opina que la interrelación entre la velocidad y el tocino, es exactamente igual a la existente entre la crisis financiera y la próxima reforma de la ley laboral. 
Explicadme si no qué demonios tendrá que ver la crisis financiera provocada por la burbuja económica que crearon, consentidos y amparados por los responsables estatales de la economía estadounidense, especuladores de Wall Street que por cierto siguen siendo los mismos en la administración del presidente Obama 'El Reformista', con las reformas que van a introducir en la nueva ley laboral.

La similitud es que, aprovechando la coyuntura de la crisis y el pánico sembrado por los medios de comunicación, se engorda considerablemente la cuenta que siempre pagan los mismos. Me explico, primero hubo de sanearse los bancos mediante inyecciones de dinero público y ahora hay que facilitar la rescisión aún más barata de los contratos laborales vigentes, y deshacerse de los pocos trabajadores en activo, para, de éste modo, poder contratar el día de mañana a los jóvenes excesivamente preparados que aún no hayan emigrado al extranjero en busca de oportunidades laborales que en su propio país les son negadas, mediante los nuevos contratos basura mal pagados contemplados en la Nueva Ley Laboral consensuada con unos sindicatos de 'clase' de los que es preferible no hablar por temor a ser tachado de franquista.
Me asalta la horrible duda, de si ésta nueva ley laboral regulará de igual y tan 'austera' manera, los contratos laborales de los ejecutivos de las grandes corporaciones -veánse sueldos anuales como el de Rodrigo Rato, estimado en 20 millones de euros- y de los cargos políticos de ésta España mía, perdón...... suya.

En breves fechas saldremos de dudas, porque para ciertas reformas, ...nuestros gobernantes y sus marionetas -leáse políticos-, corren que pierden el culo.

1929 no es 2012


domingo, 15 de enero de 2012

La Lente Opaca se adelanta a Pedro J. Ramírez

Fotomontaje de Jose para La Lente Opaca
Parece imposible, ¿verdad?. Pues no lo es, amigos, y tenemos las pruebas:

Artículo de Juan Seoane y Antonio Casares publicado hoy, día 15 de enero de 2012, por El Mundo Cantabria.

Artículo de Antonio Casares publicado por La Lente Opaca el día 11 de enero de 2012.

Pues sigo sin caer

FARSALIA 

Se refugia tras la barba atildada, 
nadie ha visto su rostro verdadero, 
ni qué esconde detrás de su sonrisa 
de Pan, quizás el pánico, quizás 
sea el minotauro del laberinto, 
quizás el alter ego de Teseo, 
o un personaje incógnito de Kafka. 

Como el fauno del que habla Rimbaud, 
enseña la patita tras la puerta 
de los despachos del Eterno Enigma. 
No sabemos si tímido o cobarde, 
no sabemos si sátiro o si fauno, 
ni qué cara oculta tras la máscara, 
qué aquelarre, qué tragedia, qué farsa. 

Antonio Casares
(Santander, 10 de enero de 2012)

No caigo quién puede ser

RETRATO DEL BEATO

Tras la barba de bárbaro verbal 
guarda la edulcorada moralina, 
puede ser un asceta del Nepal, 
un cartujo, o una monja ursulina. 

Vive en una burbuja de cristal, 
mirón con la mirada sibilina, 
sátiro de la era digital 
en armario que huele a naftalina. 

Quién sabe si va o viene, sube o baja, 
si es un fauno escondido en el parterre 
o un fantasma que acecha entre la hiedra. 

Nos está preparando la mortaja, 
nos va a dar matarile y Finisterre 
mirando de reojo a Pontevedra. 

Antonio Casares

miércoles, 11 de enero de 2012

Cleptomanía

Teniendo en cuenta el éxito del artículo de opinión de Antonio Casares publicado hace unos días que tanto lustre y esplendor ha aportado a este humilde blog,  aprovecho que el Pisuerga pasa por Valladolid y os dejo esta razonable propuesta educativa ....


CLEPTOMANÍA, UNA CARRERA CON FUTURO

         Hay que buscar soluciones inmediatas a una crisis que, prolongada sine die, nos aburre hasta el hastío, además de llenar las calles de mendigos y los hospitales de gente enferma a consecuencia de la depresión económica. Es una cadena infernal: la economía está enferma, la sociedad también y, con ellas, las personas. Los constantes escándalos de corrupción financiera y las corruptelas de todo tipo nos dan la clave. Proponemos aquí, sin más preámbulos, que se enseñe en las escuelas, en los institutos y en las universidades una especialidad a la que hasta ahora se ha prestado escasa o nula atención: la Cleptomanía. Aunque suene raro, hay una vasta tradición histórica, que va desde El Lazarillo y la picaresca a los modernos pícaros de guante blanco. Ya Prometeo era un ladrón de fuego y Rimbaud no dudó en calificar al poeta como tal. Cristo, no lo olvidemos, murió entre dos ladrones. Ladrón de Guevara es un apellido, como Hurtado de Mendoza. Y la misma Europa fue raptada, y raptada sigue por los economistas y los mercaderes -sus acólitos- quienes, además de acuñar, para más inri, la moneda inspirándose en su nombre, la han llevado a la ruina y con ella a todos nosotros. El rapto es un mito fundador, un referente sin el que no es posible que Europa llegue a ser el gran imperio que pretende ser ni que compita con los demás cíclopes económicos del orbe. Robar es un fatum, un destino, algo que quizá esté escrito en las estrellas. Se ha robado tanto y con tan poco rigor a lo largo del tiempo que es necesario convertir el latrocinio en una disciplina rigurosa para que los futuros cleptómanos desarrollen su oficio eficazmente, sin correr el riesgo de ser cogidos in fraganti. Si robar es una actividad tan frecuente, hay que obligar a hacerlo con precisión matemática y con infalible rigor, algo así como establecer y hacer cumplir la ley de Newton de la mangancia universal, pero sin manzanas ni robaperas.
         ¿Es la cleptomanía una ciencia o un divertimento sin ningún fundamento digno de ser tenido en cuenta? Sin duda, es una actividad científica, aunque mal desarrollada y peor planificada. Llevamos siglos de retraso y de desventaja por no haber sabido explotar debidamente nuestras capacidades innatas para el robo, el pillaje, el hurto, la rapiña, el latrocinio y el saqueo. Es necesario el aprendizaje progresivo de esta disciplina científica para que el país progrese adecuadamente y nos convirtamos en el modelo universal del guinde. No podemos ser unos mindundis ni unos piernas. Nuestro referente no puede ser el caco Bonifacio. Renunciemos desde ya a ser unos simples  mangantes de poco pelo relegados a un segundo plano en las sección de sucesos de la prensa local. Nuestros modelos no pueden ser tampoco aquellos que sisan unos gramos en el peso o unos céntimos al hacer las cuentas de nuestras compras poniendo cara de no haber roto un plato. Hay que ser un profesional, no un brinzas vulgar. Además, estos estudios rigurosos y controlados al máximo mediante inspecciones periódicas y exámenes agotadores se podrían complementar con masters en el extranjero, como se hace con otras carreras relevantes con las que solo se busca prestigio social, dar un sofisticado braguetazo o, en su caso, un pelotazo para tratar de salvarse del marasmo económico en el que nos ahogamos. La teoría es fundamental; se precisa urgentemente una enseñanza reglada y sistemática, nada de improvisaciones ni manguterías aleatorias; dejarlo al albur sería un suicidio o una negligencia imperdonable y, por ende, una responsabilidad histórica que nos dejará desnudos ante las generaciones venideras. Aún estamos a tiempo y nos sobra experiencia. Hemos estado en todos los chanchullos. Seremos pioneros, y eso es ya una ventaja inestimable. Debemos hacer que el mundo se mire en nuestro espejo y nos admire con estupor. Por fin el pueblo más mangui de la tierra ocupará su lugar en la historia. ¿Puede haber mayor orgullo?
         Seremos exquisitos: el atraco con violencia y sangre es poco edificante y nada pedagógico, por lo que queda descartado: hay que robar con finura, con elegancia, con arte, con seny. Nada de grunge, nada de Peckinpah o Tarantino, nada de catarsis trágica al modo griego, que solo ha servido para una intervención escandalosa de la economía helena y su gobierno, bajado de su pedestal a golpe de estado económico sin que nadie haya dicho esta boca es mía. Eso es demasiado obsceno, demasiado soez, demasiado evidente, y muy poco edificante. Hace falta sutileza, una visión estética del arte de robar, que ha de ser un dechado de perfección hasta alcanzar, si ello fuera posible, que lo es, lo sublime y, por qué no, un alto grado de misticismo. El robo y el arrobo -la vía unitiva- para lograr el nirvana del atraco perfecto, del golpe modélico. En los frontispicios de los edificios se pondrá en letras mayúsculas, emulando al lema de Auschwitz: EL ROBO OS HARÁ LIBRES. En el ideario (le robo la cita) se citaría a Shakespeare: el dinero es el dios visible. Insistimos: el profesorado tendría que ser altamente cualificado. No valdría, por ejemplo, un ladrón al que le han trincado (aunque solo sea una vez) con las manos en la masa. No valdrían los trincones fracasados, los ladronzuelos de baja estofa, la quincalla, la chatarrilla hurtadora. Los expedientes de los catedráticos y profesores que impartan las asignaturas han de estar inmaculados, vírgenes como el primer día. Hay que predicar con el ejemplo y elegir en las altas esferas que, al parecer, y esto es vox populi, es donde más proliferan. Tendrían que presentar un currículum adecuado y hacer unas pruebas exhaustivas de sus capacidades (no valen enchufes ni ser nombrado a dedo), eligiendo preferentemente entre aquellos cuya estirpe lleve milenios apropiándose por todos los métodos de lo ajeno sin que parezca un robo, como si dijéramos por derecho divino. Los terratenientes, por ejemplo, tendrían una oportunidad digna de su alcurnia. Pero, sobre todo, los banqueros serían candidatos predilectos para dar clases de cleptomanía en cualquiera de sus ramas a nivel universitario y alguno de ellos, los más pillos, los más respetados, los más prestigiosos, los cursos de doctorado. No me digan que no suena bien: Doctor en cleptomanía y artes afines al afane y a otros fines espúreos regulados por ley. La prosopopeya y la altisonancia juegan un papel importante a la hora de captar adeptos. Tampoco es cuestión de seguir dejando que los grandes chorizos se marchen a otros países. No más fuga de cerebros, conservemos nuestra materia prima, que es o puede llegar a ser de primera calidad, y una mina para el prestigio internacional de la nación. Que no ocurra como ha ocurrido con algunas eminencias que tuvieron que poner tierra de por medio para poder conseguir  el éxito y el reconocimiento que en casa se les negaba. La exportación de ladrones, además de la de tontos, dicho sea de paso, sería un negocio redondo para este desvalido país, que escandaliza al mundo con sus guindes chapuceros y faltos de profesionalidad. No es necesario poner ejemplos, están en nuestras mentes. Sobra mano de obra. Los ladrones de aquí tienen que ser de alto standing, con un historial digno de encomio y han de ocupar lo más alto del escalafón, el Olimpo que ocupaban los dioses con sus mismos atributos. Un ladrón de gallinas no vale; alguien que roba una naranja porque tiene hambre, una birra porque tiene sed, o unos calcetines en una gran superficie tampoco. Con gente sin altura de miras, sin ninguna ambición, no se va a ninguna parte, da vergüenza propia y ajena. Ahora es el momento de recuperar el orgullo patrio perdido en veleidades y operaciones intrascendentes para la regeneración de nuestra nación. Los aristócratas del choriceo podrían, además, dar cursos para extranjeros en las universidades de verano. ¿Qué mejor escaparate para el país? ¿Qué mejor propaganda que un alto miembro de la nobleza innoble y manguteril sirva de espejo para que todo el mundo se mire? Cuidemos nuestra imagen, cuidemos a nuestra élite. Usemos una tecnología sofisticada y propia de nuestra estirpe. Propalemos el lavel de calidad: ladrón made in...
         Es cierto que esto que aquí pergeñamos es solo una idea, una idea que en este breve espacio no procede desarrollar, pero que les doy generosamente antes de que se la apropien los desalmados o las mafias que pululan por todas partes y se alejen del uso académico y oficial que aquí se propone. Sería cuestión de consensuarlo con todas las fuerzas políticas y sociales y, en especial, con los grandes pedagogos de esta materia, que haberlos haylos y más de lo que pensamos. Llámenlos a consulta y pónganse manos a la obra. Ya lo estoy vislumbrando en las próximas ofertas educativas: Licenciatura en Cleptomanía, grupos reducidos, clases personalizadas, título oficial válido para toda Europa y para todo el mundo mundial. No me digan que lo que digo es descabellado. Lo que no tiene sentido es seguir así, en plan chapucero, como rateros, como raqueros, con intrusismo y alevosía. Si hay que robar, que se robe como es debido, con la debida autorización, con los papeles y los permisos en regla, sabiendo que el pueblo lo sabe y lo acepta como un mal menor, o como un mal mayor irremediable: saber la verdad nos hará fuertes: ¿somos un pueblo de ladrones? Seámoslo con todas las consecuencias. Por fin podremos ocupar un lugar prominente en el devenir de la humanidad...
         Esperemos que las autoridades académicas, tan proclives a la indolencia y al que inventen ellos, no lo echen en saco roto y tomen urgentemente las medidas oportunas para crear esta carrera con grandes expectativas de futuro. Serán ladrones con pedigrí, con estudios de cleptomanía comparada, merecedores de ser confrontados con los grandes economistas salidos de Harvard o los prestigiosos filósofos de La Sorbona. Un Keynes del latrocinio, un Sartre de la mangancia, un Einstein bursátil, un Juan de Herrera enriquecido con la burbuja inmobiliaria, un poeta que plagia poemas a diestro y siniestro sin ningún pudor en nombre de la intertextualidad...
         Pero basta de disquisiciones. He aquí -grosso modo-, expuestas de manera asistemática, como meras sugerencias, algunas de las materias que se podrían impartir, distribuidas en varios cursos progresivos con sus módulos correspondientes: Antropología: ¿Fue el hombre un ser creado para robar o para ser robado? ¿Dice algo el Génesis al respecto? Exégesis de las Sagradas Escrituras. Paleontología: hermenéutica de los manuscritos del Qumrán. Jesús entre los esenios a la luz del jesuitismo y del opusdeísmo recalcitrante. La cleptomanía en la prehistoria: enterramientos y robos de joyas megalíticas del pleistoceno. Revelaciones del carbono14 acerca de la  tendencia innata del homo sapiens a atesorar los tesoros de ultratumba. El ADN de los homínidos y la querencia humana a apoderarse de lo ajeno. Levy-Bruhl y el robo como participación mística. Robo y parentesco: la confianza como vehículo para esquilmar las cuevas ajenas en la era de Cromagnon. El animismo como coartada para apoderarse del espíritu ajeno. El homo erectus y el robo de la parienta del prójimo por proximidad. La representación del cornudo en las paredes de las cavernas: el ciervo y el uro. El rol del mirón mediante la sustracción del placer en la pornografía parietal: el australopitecus concupiscente y el placer vicario. El onanismo antes de Onán. El Kama Sutra rupestre: posturas ac hoc. Analítica de la expresión: pasar por la piedra (de sílex). Estudio e interpretación de las figuras conservadas en las cavidades magdalenienses. El furor uterino de la hembra celosa y el problema de la envidia del pene y de la castración simbólica: la desaparición sospechosa de los bastones de mando. El robo como motor de la historia. Análisis estructural de la frase de Proudhon La propiedad es el robo. Aspectos religiosos de la mangancia. El pecado venial (el hurto del vino por parte de los monaguillos). La simonía: las ideas gnósticas de Simón el Mago y el plagio por parte del cristianismo incipiente. Desaparición de imágenes y de objetos sagrados en los templos, en las capillas, en las iglesias, en las catedrales, en las basílicas y en cualquier lugar donde se encuentren. Sacerdocio y robo ritual. El mistraísmo como origen de la mitra episcopal. Influencias de la brujería: robo por arte de magia (blanca o negra). Un caso histórico: el robo de reliquias durante el saqueo de Roma (1927). Escolio: los tesoros del Vaticano,  paradigma del expolio universal. Gramática del robo: conjugación del verbo robar en todos sus tiempos y modos. Estudio de la germanía: vocabulario carcelario y lumpen (sinónimos y antónimos). Lectura obligatoria de El buscón de Quevedo. Función primordial del robo en la novela picaresca. Semántica de la palabra chorizo en sus diversas acepciones: principales diferencias entre el chorizo arrabalero y el chorizo de Cantimpalo. Étimo de chorar. El retruécano: el hurto a hurtadillas. La etimología popular: Urtangarin por Urdangarin. El chiste y su relación con lo inconsciente: Talonmano como barbarismo. Semántica y semiótica de la brinza, según Greimas, Eco, Coseriu y Roman Jacobson. Ética del robo. Moralina y fariseísmo: reprimenda y santificación con hisopo e incienso en las misas dominicales. La democracia de campanario y su repercusión en el comportamiento de las oenegés. Contemplación y éxtasis en la figura del oenegeta. Metafísica del guinde: el más allá, el más acá,  y la salvación de los que tienen bula para el saqueo. Estética del robo: los ladrones de obras de arte. La desaparición de las estatuas griegas y egipcias y su aparición, por arte de birlibirloque, en los museos europeos. Intentos (fallidos) del robo completo del Partenón. El nazismo como paradigma del robo legal por parte del estado. Hitler como ladrón compulsivo de territorios ajenos. El hinterland: una justificación política para quedarse con lo que no es de uno. Geografía del pillaje: porcentaje de ladrones por milímetro cuadrado. El robo de piedras del muro de Berlín como souvenir y su venta posterior en el mercado negro. El trapicheo en las sociedades avanzadas. Arquetipos y tendencias en el siglo XIX. Contrabando y tolerancia. Estraperlo y bandolerismo. El bandolero de Sierra Morena como héroe y como mártir. Curro Jiménez, el robo y el Algarrobo. Otros antecedentes: la engañifa con abalorios y espejos durante la Conquista. La canallada del trueque. Desvergüenza e indigenismo. Justificación de la piratería y del refrán: el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Lectura y rapsodia de La canción del pirata de Espronceda. El capitalismo y el lucro inmundo según Norman O. Brown. La crisis permanente versus la revolución permanente de Trotsky. El saqueo y tergiversación de Marx por algunos marxistas iconoclastas. Una lectura imprescindible: El ladrón de cadáveres, de Stevenson. Análisis estructural de el mentido robador de Europa de Góngora. Influencia de la literatura oriental en la occidental: Alí Babá y los cuarenta ladrones. El esoterismo: Hermes como patrono del latrocinio: comparación entre su atributo de alas en los pies y el pies para qué os quiero. Cábala y usura. Alocuciones de Ezra Pound en la Italia de Mussolini. Ontología del saqueo: el ser del ente robado, su interpretación a la luz de la filosofía de Heidegger. Filosofía del derecho: ¿Entra en el código penal robar un beso? ¿Hay que devolver los besos robados? ¿Es delito robarle la novia o la mujer a un amigo? Los robacorazones y las revistas pancreáticas. Estudio sociológico de la visceralidad y la función de las vísceras usurpadas en los transplantes de órganos. El tiempo como oro robado al espectador televisivo. Psicoanálisis del cleptómano y su tratamiento. Psicopatología del mangante compulsivo. El síndrome de la urraca. La urraca como tótem y tabú. El cuco y el nido ajeno, ejemplo para el okupa. Apropiación indebida y libertad de conciencia. El eterno retorno de la represión y de lo reprimido: la barbarie de cortar las manos del delincuente en los países subdesarrollados o fundamentalistas. El remordimiento en el manguta: culpa y mea culpa. Un caso clínico: las heces como regalo de un ladrón con gastroenteritis. La diarrea mental ante la proliferación indiscriminada de las mafias impunes. La armas como símbolos fálicos. Estudio freudiano de la delincuencia: los disparos y su analogía con la fase anal. Paralelismo entre el cuesco y la bala. Matonismo y enfermedad mental. La figura del guardaespaldas y la protección del delincuente de alto copete. Sublimación de la coprofagia por amor al dinero. Estreñimiento y avaricia. Una nueva forma de esclavitud: esquilmación del sueldo a los obreros. Locura colectiva en caso de guerra. Soldadesca y buitreo de anillos, pulseras, relojes y dentaduras de los militares muertos en combate. Jaspers: El problema de la culpa. Psicoanálisis del tirón. La perversión polimorfa en el robo del bolso a las viejas. El euro y el hurto por redondeo: un negocio redondo. Matemática cuántica: cálculo diferencial del robo desde los primitivos hasta nuestros días. La teoría de la relatividad o cómo todo depende de quién robe o a quién. La progresión geométrica de la mangutería en tiempos de crisis. Algunos temas transversales. Estructura profunda y superficial de la oración: Cree el ladrón que todos son de su condición. Los ladrones de ideas: el plagio. Demostración de que todo el mundo fusila a todo el mundo impunemente. El choriceo en internet: apoteosis del robo virtual y su despenalización. Necesidad de su legalización, so pena de convertir en delincuentes a todos los habitantes del país, incluído el que escribe la presente digresión. Un affaire que sentó jurisprudencia: una obra de Cela plagiada de una novelista desconocida (plagiamos a Cervantes) de cuyo nombre nadie se acuerda ni quiere acordarse. El ladrón pluscuamperfecto: el tren de Glasgow. Robo y deporte: metafísica del robo de partidos. Un caso excepcional: ¿por qué Messi siempre les roba la cartera a los defensas del Madrid? Significado del birle en el bolo palma. Ladrones célebres en los museos de cera y en las estatuas erigidas en su honor en todas las ciudades del mundo. Clases prácticas: el carterismo, teoría y práctica in situ a cargo de prestigiosos carteristas recién salidos del maco. Peregrinaciones espontáneas y viajes organizados para visitar la mano incorrupta de Al Capone. Petición ante la Santa Sede de la santificación de los cleptómanos celebérrimos o irredentos. Ética del manguta: devolución a sus víctimas, como antaño. del  DNI, del carnet de falange y de las tarjetas de crédito caducadas. El ladrón arrepentido, reeducación y reintegro de lo robado. Exigencia ineludible de que los grandes robadores devuelvan hasta el último céntimo para acabar con la alarma social y con la impunidad manifiesta. Iniciativas democráticas para la legalización del robo: reinserción en las cárceles basada-conditio sine qua non- en el aprendizaje de la profesión y amnistía general para los ladrones de gallinas, quincallería y objetos sin valor...
         (Esta enumeración arbitraria es abierta y cada uno puede poner su granito de arena hasta completarla y dejarla en manos de una comisión de expertos que elevarán, si procede, a categoría de ley esta carrera que deseamos institucional y cuya perentoria necesidad hacemos pública para polémica y debate, en aras del bien común y de la prosperidad de este país al que algunos cleptómanos de poca monta le quieren robar hasta el nombre y no le roban el apellido porque no lo tiene...)
Antonio Casares      

domingo, 8 de enero de 2012

Frases lapidarias/18 - Bono, el activista

El activista plasta
Bono, líder de U2, activista político y autoerigido "gran gurú" de todas las causas habidas y por haber:

Lo peor es estar en un bar y que pongan un tema tuyo.

Estoy de acuerdo, lo peor es estar en un bar y que pongan un tema suyo, señor Bono. Qué plasta!

sábado, 7 de enero de 2012

Empezamos bien

Es cortesía parlamentaria y democrática conceder 100 días de confianza al gobierno que comienza, pero...

Ansola en 'El Diario Montañés'
Ansola en El Diario Montañés, 7-01-2012

martes, 3 de enero de 2012

La verdad ha muerto

Os dejo un artículo de opinión que a  uno le hubiese gustado haber escrito, pero como decía  cierto torero : 'Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible', dicho lo cual editaré el de mi amigo Antonio.

LA VERDAD HA MUERTO 
La belleza es verdad, y la verdad belleza. 
Eso es todo los que sabéis en la tierra, 
y no necesitáis saber más. 
(JOHN KEATS)

Justificar la represión económica, el eterno retorno de lo reprimido, los ajustes injustos, apuntalando la mentiras que se han venido contando impunemente con verdades a medias, en nombre de la verdad, es injustificable y necesita, en medio de esta massa confusa en la que vivimos, una petición de principio. ¿De qué verdad se está hablando? ¿De la verdad del barquero? ¿De la verdad de los niños y de los borrachos? ¿De la verdad inverosímil en boca de los que deciden qué es verdad y qué es mentira y, al mismo tiempo, cuándo y cómo propalarlas? ¿Cómo podremos creer a los que no han hecho a lo largo de los siglos otra cosa que fantasear con la verdad? ¿Aceptaremos de buen grado lo que nos dicen los que han nacido para mentir? ¿Nos llamarán con certeza hombres de poca fe aquéllos que nos la han quitado? La etimología nos recuerda que la verdad (aletheia para los griegos) es desocultación, desvelamiento; pero quitar unos velos para poner otros no deja de ser un juego de artificio, algo ilusorio, una manera sofisticada de continuar con la engañifa, con la farsa perpetua y la impostura que se ha adueñado de la vida social, política e institucional: velo de Maya, malabarismo verbal, engaño velado o manifiesto, añagaza en estado puro, simulacro inspirado en la estrategia del vencedor, del que se siente superior por la fuerza numérica de las urnas, no por la veracidad demostrable de sus argumentos. Es como si dijeran: los perdedores mentían, nosotros no. O recordando a Sartre: El infierno son los otros. Así que, en verdad, en verdad os decimos que, eligiéndonos a nosotros, el pueblo ha elegido bien. Somos los elegidos. Somos los mesías enviados por Wall Street y la señora Merkel para salvar a Europa y rescatarla de las garras envenenadas de la crisis... Y para celebrarlo bailan, o quisieran bailar, sobre nuestra tumba. Bailan una danza carnavalesca y macabra. Bailan como derviches para marear la perdiz. Bailan como odaliscas ante las masas petrificadas y obnubiladas por las promesas electorales que nunca se cumplirán. Pero algunos (yo, por ejemplo) no queremos que bailen ante nosotros la danza espúrea de los siete velos: queremos que se los quiten, que nos muestren desnuda la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. La verdad no puede ser mendaz porque es una contradicción en sí misma. La patraña no puede (no debe) ser convertida en verdad por arte de birlibirloque o recurriendo ladinamente al arte de Cúchares: dar muletazos con el engaño para capear la crisis, torear al personal y, en el fondo, tratarnos como animales, insultar a la inteligencia, llamarnos tontos y, encima, querer que aplaudamos, o que callemos, que es una forma sorda de aplaudir: el silencio como claudicación, como máscara de la cobardía o de la impotencia, síntoma de la represión inquisitorial más o menos disimulada. Los nuevos adalides de la verdad no le dicen la verdad ni al médico, fingen mediante la perversión del lenguaje y de la economía política, saben (y lo hacen sin escrúpulos) que la manipulación del idioma, como ha señalado Víctor Klemperer, en La lengua del Tercer Reich, es una clave fundamental para controlar a las masas y mantener el poder. Por arte de magia palabreril, la mentira se pretende verdad y que ésta sea la cara amable de la mentira, no la verdad sin velo que intentan vendernos como una regeneración moral de la vida pública, sino una perpetuación de la apariencia, una institucionalización del parecer sobre el ser, una obra teatral en el mentidero global en el que vivimos y una prolongación sine die de la crisis permanente que nos llevará al matadero psicosomático del cuerpo social. La catarsis no tiene en este caso una misión purificadora como antaño, sino de aniquilamiento y narcotización mental de las masas. Será la paradoja más sórdida: el opio de la verdad, el estupefaciente de la mentira repetida hasta parecer digna de crédito, un crédito que se les ha acabado hace ya muchísimo tiempo: la gente vota por inercia, no por convicción. Decir lo que todo el mundo sabe es como no decir nada, redundar en lo mismo, caer en la tautología para manipular la economía y, de paso, castrar cualquier iniciativa elucidatoria que busque alternativas al capitalismo, un capitalismo que hasta hace bien poco era la panacea universal y ahora ha entrado vertiginosamente en el marasmo, en el caos, en la ceremonia de la confusión. Capitalismo: obscena, impúdica exaltación del número, sublimación grosera de la contabilidad, sacralización demoníaca del cálculo que ya denunció (sin que nadie le hiciera caso) René Guénon con lúcida clarividencia: el reino de la cantidad. El capitalismo ha tocado techo, ha tocado fondo y nos está tocando a todos, entre otras cosas, el alma y los bolsillos. Se impone con la impostura de los impuestos que los impostores eluden con triquiñuelas de guante blanco. Se impone y nos impone: da miedo, causa pánico y es el causante anónimo de lo que se ha venido llamando infarto social. Es la catatonia colectiva, es un cáncer del espíritu, una enfermedad gravísima que ha llegado a la metástasis. De nada valdrán los paños calientes, las curas de urgencia y las vacunas para salvar de la pandemia a las organizaciones financieras. El enfermo se les ha muerto en el quirófano y pretenden cargar con el muerto a los que no tienen la culpa. Y aquí y ahora es cuando muestra su rostro verdadero: es un desalmado, no tiene alma, no tiene corazón y no tienen fin porque es una bestia insaciable, omnímoda y omnívora, una bestia apocalíptica que se niega a morir ahogada en sus propias heces, un monstruo que acabará devorándose a sí mismo, pero que, mientras tanto, da furiosos coletazos a diestro y siniestro, indiscriminadamente, y va a acabar llevándonos a todos por delante sin ningún miramiento; para él lo humano es demasiado humano, así que el capitalismo, en nombre de un materialismo ciego nada dialéctico, nos deshumaniza, nos convierte en objetos, en cosas cuantificables, en cifras y, finalmente, en ceros a la izquierda de la historia. Sólo nos quieren para votar y para pagar impuestos. Somos las abejas manteniendo a los zánganos, que se llevan la miel y nos dejan a nosotros con ella en los labios. Si Nietzsche vaticinó la muerte de Dios, al capitalismo le debemos la muerte del Hombre denunciada con vehemencia precoz por Rimbaud: L´Homme à fini! Y ahora le toca a la Verdad, a la que quieren embalsamar para que siga pareciendo viva, cuando es una momia en la pirámide del imperio virtual. Podemos hacer dos cosas: dejar que se pudra como el cadáver que es o, en la medida de nuestras posibilidades, haciendo un esfuerzo titánico que quizá resulte vano, tratar de resucitarla, decir la verdad, nuestra verdad. Y no olvidar a Cernuda: Yo sólo he tratado, como todo hombre, de hallar mi verdad, la mía, que no será ni mejor ni peor que la de los otros sino sólo diferente. Creer lo que nos dicen, sabiendo que nos mienten o que solo nos muestran algunos aspectos de lo verdadero para parecer lo que no son y tener las manos libres y la conciencia tranquila, es ser cómplices de un crimen plural y abominable que acabará aniquilando éticamente a la humanidad. Tener fe en ellos es arrojarse sin condiciones a los pies de los caballos y un suicidio colectivo sin precedentes. ¿Hasta cuándo seguiremos aceptando el imperio de las trolas? ¿Hasta cuándo continuaremos soportando la falacia universal y la añagaza cósmica? ¿Hasta cuándo? Algún día tendremos que responder ante la historia, o ante nosotros mismos. No basta con lavarse las manos, con mirar hacia otro lado, con sentarse a contemplar asépticamente el crepúsculo de las ideologías, con encogerse de hombros, con echar la culpa a los demás, o con ponernos a gemir como plañideras en el muro de las lamentaciones del facebook... 
ANTONIO CASARES

lunes, 2 de enero de 2012

Hace unos días y en maldita hora, compré junto con el periódico un DVD que contiene un documental dirigido por Charles Ferguson titulado INSIDE JOB.
Uno que pensaba, inocentemente sin pruebas y bajo el influjo de considerables paranoias, que todos nuestros destinos están escritos desde Wall Street, no era consciente de hasta que punto los bancos norteamericanos, las sociedades calificadoras ( ésas que nos están machacando con sus calificaciones ), las empresas de seguros, los broker de la bolsa neoyorquina y los políticos de turno responsables de la economía yanqui, están conchabados para desplumar de la manera más descarada a pequeños inversores y ciudadanos contribuyentes en general. Hasta ahí todo más o menos previsto, pero pasmáos que aquéllas personas acusadas en el documental de generar la crisis mundial ejerciendo de delincuentes, no sólamente están libres de toda responsabilidad jurídica, si no que además han vuelto a ocupar cargos equivalentes en la administración.......Obama.
Cómo para que el presidente del "Yes we can" realice las reformas prometidas y cacareadas hasta la saciedad en su campaña electoral tirando de la manta. 
En fin que si queréis amargáos para todo el año de recortes que os espera, en gran parte exigidos para la gran jefa Merkel, portavoz de sus intereses en Europa, hacéos con el documental.