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Un hombre, un voto |
Por fin, cuatro o cinco años más tarde del inolvidable e histórico anuncio de ZP, Rajoy proclama, rompiendo su voto de silencio, la anunciación y llegada de los tan ansiados brotes verdes a la economía bancaria. Para lograr tal objetivo han sido necesarios unos recortes presupuestarios de una crueldad social tal, como no recuerdan ni los más viejos del lugar. Asimismo, bajo la excusa del mandado de los "mercados", han hecho retroceder los derechos laborales y sociales a los tiempos de la primera revolución industrial, y, ya puestos, han actualizado la arcaica ley del aborto equiparándola en su progresismo (Gallardón dixit) a las de Irlanda y Polonia, donde, al igual que aquí, las hijas y nietas de los que la propugnan van a abortar a Londres. Mientras tanto la nueva ley de Seguridad Ciudadana, llamada "La calle es mía", parece sacada del extracto más conservador de los sueños recaudatorios más locos de Montoro y el testamento de Fraga Iribarne.
Si a todo esto le añadimos a grosso modo, las púas de la valla de Ceuta, la reelección de Angela Merkel, los registros domiciliarios en las sedes del PP y UGT, la férrea defensa del fiscal a los no imputados en el caso Noos, el empecinamiento de Artur Mas, el futuro, y si no al tiempo, empecinamiento del PNV y Bildu, los estragos de la ley Parot, el súbito arrepentimiento de los etarras...
Lo dicho, feliz 2014 Sres. banqueros.