martes, 4 de septiembre de 2012

EL AULLIDO

He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, histéricos famélicos muertos de hambre arrastrándose por las calles, negros al amanecer buscando una dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al dínamo estrellado de la maquinaria de la noche, quienes pobres y andrajosos y con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las ciudades contemplando el jazz. Quienes fueron expulsados de las academias por locos por publicar odas obscenas en las ventanas del cráneo. Quienes se jodieron sus pelos púbicos al volver de Laredo con un cinturón de marihuana para Nueva York. Quienes desaparecieron en los volcanes de México dejando tras suyo nada excepto la sombra del estiércol y la lava y la ceniza de la poesía quemada en Chicago. Quienes se cortaron las muñecas tres veces seguidas sin éxito, se rindieron y fueron forzados a abrir anticuarios donde pensaban que se ponían viejos y gritaban. Quienes fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre ráfagas de versos plomizos y el parloteo borracho de los regimientos de acero de la moda y los chillidos de nitroglicerina de las agencias de publicidad y el gas mostaza de los editores siniestramente inteligentes, o cayeron por los taxis ebrios de la Absoluta Realidad.

Fragmento: El Aullido (Allen Ginsberg)

7 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Visionario Ginsberg. O no tan visionario, porque eso sucedía en su país cuando lo escribió, para quien quisiera enterarse.

Sirgatopardo dijo...

No parece que se enteraron demasiado, como tampoco parece que nos enteramos ahora.
Por cierto, tengo un documental sobre Ginsberg........

Juan Nadie dijo...

Pues ya sabes...

Sirgatopardo dijo...

Y otro de Frank Zappa.......

Juan Nadie dijo...

Buenooo...!

marian dijo...

Madre mía, hoy no estoy para esas cabezas.

Sergio DS dijo...

Uf, desconcertante pero no por ello menos cierto.